Marina Abramovic: La Artista Que Hace de su Vida una Obra de Arte

Marina Abramovic

Desde que inicié la lectura de las memorias de Marina Abramovic, la artista ha ocupado constantemente mis pensamientos. Su audacia para explorar las fronteras del arte utilizando su propio cuerpo resulta impresionante.

No menos asombrosa es su disposición para investigar los confines del cuerpo humano mediante el dolor y la fatiga. Para Abramovic, la performance se convierte en un ritual chamánico, donde se libera una enorme cantidad de energía vital que purifica el alma.

Su historia es de una franqueza que conmueve, mostrando una vida impulsada por la pasión por el arte y el autodesarrollo a través del mismo.

La Experimentación de los años ´60

Marina Abramovic (Rhythm 0)

Desde una edad temprana, cuando estudiaba arte en la Academia de Bellas Artes de Belgrado, Marina Abramovic comprendió que la pintura no sería suficiente para su auténtica expresión.

Los años ´60 avanzaban, y el escenario internacional del arte se metamorfoseaba impulsado por nuevas vanguardias. Las semillas de la desmaterialización del arte ya habían sido plantadas por Duchamp y los dadaístas, pero fue en la década de los 60 donde estas semillas florecieron en todo su esplendor.

El conceptualismo, con su enfásis en que el proceso puede ser tan o incluso más relevante que la obra final, se manifestó de manera potente. Y fue la performance la que llevó esta idea a su máximo nivel. En este marco, la obra física deja de existir; el arte es el acto, la acción en sí.

Es una manifestación de arte absolutamente anti-comercial: no hay nada que comprar, la obra se esfuma con cada segundo que pasa durante su interpretación. Entre los pioneros de este arte se encontraban el influyente artista y profesor alemán Joseph Bueys, el colectivo Fluxus y el polémico colectivo vienés Wiener Aktionismus.

Yugoslavia

Marina Abramovic creció en Belgrado, en la República Socialista de Yugoslavia, siendo hija de partisanos comunistas que combatieron contra la ocupación nazi al lado de Tito. Al ser victoriosos, sus padres se convirtieron en héroes de guerra y mantuvieron posiciones de poder de manera constante.

Por esta razón, Marina siempre tuvo privilegios que la mayoría del país, inmerso en un comunismo que ella describe como tremendamente gris y monótono, no podía ni imaginar. Fue criada por un padre afectuoso pero ausente y una madre controladora hasta el punto de la patología, que la sometió a maltrato físico y psicológico.

Marina y Ulay

Mucha de su evolución como individuo y como artista se basa en la liberación de esta madre y de esta sociedad opresiva. Su búsqueda de libertad tomó un nuevo rumbo cuando conoció al artista alemán Frank Uwe Laysiepen, también conocido como Ulay. Se enamoraron y se conectaron profundamente desde el primer instante, comenzando una relación simbiótica de amor y trabajo que los llevaría a enfrentar diversos desafíos durante doce años.

Después de vivir un tiempo en Ámsterdam, compraron una antigua furgoneta policial y redactaron un manifiesto para su vida “on the road”, llamado Art Vital. En él, establecieron preceptos como: Movimiento Permanente, Relación Local, Sin Ensayos, Sin Final Predecible, Reacciones Primarias. Durante tres años, adoptaron este nuevo estilo de vida que los llevó a diversos lugares de Europa, donde interpretaron su arte.

Es fascinante cómo Marina describe el paralelismo que comenzó a darse entre sus performances y su relación de pareja con Ulay. Su primera presentación juntos fue para la Bienal de Venecia de 1976, titulada Relations in Space, cuya premisa era “Dos cuerpos se pasan repetidamente, tocándose. Después de ganar velocidad, colisionan”. Ambos, desnudos en una sala igual de minimalista, impactaban sus cuerpos uno contra el otro cada vez más rápido.

Marina Abramovic y Ulay se veían como dos caras de la misma moneda. Habían nacido el mismo día, el 30 de noviembre, ambos tenían el pelo largo y lo ataban de la misma manera. Su intención en cada performance era trascender la sensación de individualidad y fusionarse en un tercer ser “En nuestra colaboración artística, intentábamos dejar atrás el ego, la masculinidad y la feminidad, y fundirnos en una tercera entidad, que para mí parecía la forma más elevada de arte”.

En 1977, fueron invitados a participar en la Semana Internacional de la Performance en Bolonia. Para esta ocasión, crearon Imponderabilia. Con un acto poético, querían representar el significado de los artistas para los museos. Literalmente, ellos (los artistas) se convirtieron en la entrada al museo.

Ulay construyó dos estructuras verticales que reducían significativamente el espacio para entrar al lugar. Ulay y Marina, ambos desnudos y mirándose de frente, hacían el paso aún más estrecho, obligando al espectador a confrontar el cuerpo desnudo de un hombre o de una mujer.

Light_ Dark- Marina Abramovic & Ulay

El 30 de Noviembre de 1978, en la celebración de sus cumpleaños, llevaron a cabo la obra Three en Wiesbaden. El tercer elemento era una pitón de más de un metro que intentaban atraer individualmente durante 4 horas y 15 minutos. En un momento inolvidable, la lengua de Marina y la de la pitón quedaron a escasos centímetros de distancia.

Marina describe cómo, poco a poco, ella empezó a emerger como la figura central para los medios de comunicación. Este patrón se fue formando sin la intención de ninguno de ellos, pero que, no obstante, generó cierta distancia entre ambos.

Su última colaboración artística juntos se llevó a cabo en 1988. «The Lovers» se convirtió en un símbolo de la conclusión de su relación amorosa, aunque había sido concebida años atrás, en el desierto australiano, como un símbolo de su amor. Cada uno debía recorrer la Gran Muralla China desde los extremos opuestos para encontrarse en el medio y contraer matrimonio.

Finalmente, tras extensas y complicadas negociaciones con el gobierno chino, lograron realizar su acto cuando su relación ya estaba deshecha. Marina comenzó desde el extremo que empieza en el mar, representando el agua y lo femenino. Ulay comenzó en el desierto, simbolizando el fuego y lo masculino. Se encontraron tres meses después. Ulay, durante su trayecto, embarazó a su traductora, con quien se casaría meses después. Eso marcó el final definitivo.

Búsqueda Espiritual

Nightsea crossing

Marina Abramovic ha experimentado tres abortos en su vida, debido a su determinación inquebrantable de dedicar su vida al arte. No hay espacio para el rol de madre, su ser artístico lo es todo. Y es aquí donde esta artista me ha dejado estupefacta y absolutamente fascinada.

Su arte supera todos los cánones para transformarse en una constante búsqueda del significado de la vida y del arte. Explora los estados de conciencia y las batallas de la mente. Para esto, Marina se ha formado con las más diversas culturas.

En 1980, ella y Ulay se embarcaron en una impresionante aventura. Por seis meses, vivieron en el outback australiano con los aborígenes. Allí, Marina aprendió sobre el silencio, la inmovilidad debida al calor insoportable, la telepatía, la relación con la tierra, lo sagrado de sus rincones y la vida en el eterno presente. Después de esos seis meses, como acuerdo con el gobierno australiano, tuvieron que recorrer el país compartiendo su experiencia, a su manera. El resultado fue la obra Nightsea Crossing, cuyo nombre hace alusión a embarcarse en lo desconocido.

En Nightsea Crossing, Ulay y Marina debían estar sentados frente a una mesa en una habitación, sin comer, hablar, ni moverse. Durante 16 días, por ocho horas cada día. Marina comparte las entradas de su diario de esa época, donde relata sus sensaciones y los estados a los que llega imponiendo estas estrictas reglas a su cuerpo. “Pasé cinco horas y superé el dolor físico y el deseo de moverme.

En las tres horas restantes no hubo dolor. Solo sentí luz y silencio” “Ahora puedo notar los cambios más sutiles en el aura de Ulay. Percibo el tiempo de manera diferente, me rindo ante él” “Crisis. No concentración. El público es ordinario. Demasiado ruido y olor. El tiempo no avanza, estoy nerviosa”.

En otra ocasión, devastada por la ruptura con Ulay, Marina se retira a un retiro espiritual en el Tíbet. En completo aislamiento, debía repetir un mantra específico 1.111.111 veces mientras se visualizaba como la diosa Green Tara, eliminadora de obstáculos. “Repetir el mantra una y otra vez tiene un efecto estabilizador en la mente y el cuerpo… Y en el momento en que entras en este otro estado mental, estás accediendo a una energía ilimitada… Cuando llega este tipo de libertad, es como si estuvieras conectado con una consciencia cósmica”.

Ex – Yugoslavia

En 1980 fallece Josip Broz Tito, el padre de la Yugoslavia comunista. Este hombre, de fuerte carisma, se erigía como el protector y el pilar que mantenía unidas a todas las naciones yugoslavas. Con su deceso, las divisiones étnicas salieron a la luz. En 1992 estalla la Guerra de Bosnia, culminando con la Guerra de Kosovo en 1999. Durante años, los Balcanes se sumergen en una masacre atroz que implicó limpiezas étnicas y violaciones masivas a mujeres y niñas.

Los padres de Marina Abramovic, ya septuagenarios, continuaban residiendo en Belgrado y Marina decidió grabarlos, documentando sus historias. Estos vídeos e imágenes se utilizarían posteriormente en varias obras de la artista. La primera vez fue en Delusional, una pieza que se presentó en el teatro vanguardista de Frankfurt, Theater am Turm. Marina ponía en escena todas las vergüenzas de su vida; el desamor de sus padres, sus agresiones y el rol de los serbios en la guerra espantosa.

El punto álgido de su arte antibélico fue Balkan Baroque, presentada en la Bienal de Venecia en 1997. En un sótano se dispuso una enorme pila de huesos. 500 huesos limpios debajo y 2000 huesos sangrientos encima. Durante 4 días, 7 horas cada día, Abramovic se sentó sobre esta pila y limpió los huesos infestados de gusanos. Mientras, entonaba canciones folclóricas balcánicas.

A sus espaldas, se proyectaban imágenes de las entrevistas con su padre y su madre. Con este macabro barroquismo, Marina buscaba representar el estado mental del mundo Balcánico. Por su instalación y performance, fue galardonada con el León de Oro.

Embrace New York

Marina Abramovic on _House with the Ocean View

En 2002, la artista se muda a Nueva York junto con su novio italiano Paolo. The House with the Ocean View es su primera obra en su nueva ciudad. La idea: «Este performance nace de mi deseo de ver si es posible utilizar la simple disciplina diaria, reglas y restricciones para purificarme».

Durante 12 días, Marina vivió en su propia instalación que constaba de tres espacios; uno para dormir, otro para sentarse y el baño. La única salida eran tres escaleras que, en lugar de escalones, tenían navajas. Susan Sontag visitó la obra todos los días, después de lo cual comenzaron una intensa amistad que duró hasta que la escritora murió de cáncer, 4 años después.

En 2005 llegó el acto con el que daría inicio a su tarea de preservar el arte de performance. Seven Easy Pieces lo presentó en el Guggenheim de Nueva York. En esta obra reinterpretó seis performances de los años 60 y 70 (cinco de otros artistas, una de ella. Además agregó una nueva creación, completando los siete) que consideró fundamentales en la historia de esta forma de arte. Uno de ellos fue Seedbed (1972) de Vito Acconti. La performance consistía en que ella, tumbada bajo una plataforma por donde pasaba el público, se masturbaba recitando fantasías sexuales en voz alta. Logró ocho orgasmos.

Su obra The Artist is Present (2010) marcó su consagración definitiva y su entrada en la cultura pop. Fue una performance que concibió junto al curador del MoMA y su amigo personal, Klaus Biesenbach. Durante tres meses, durante ocho horas al día, se sentó en el atrio del Museo de Arte Moderno, sin moverse, sin comer, sin beber, sin levantarse. Parte del público se iría sentando enfrente, uno a uno, mirándola a los ojos.

Ella dedicaría ese intenso momento a cada uno. «Estuve allí para todos los que estuvieron allí» «La enorme cantidad de amor, el amor incondicional de completos extraños, fue la sensación más increíble que he tenido». Finalmente, la pieza duró 736 horas.

El Arte Debe Ser Vida

Algo cambió en el interior de Marina Abramovic a raíz de esta intensa y rigurosa performance. Su eterna pregunta acerca de qué era el arte comenzaba a encontrar respuestas y, lo más importante, directrices. «…Esta performance iba más allá de la performance. Esto era vida. ¿Podría el arte, debería el arte, estar aislado de la vida? Comencé a sentir cada vez con más fuerza que el arte debe ser vida»

Esta mujer, con su disciplina de acero, inculcada por sus padres partisanos, descubre que el arte es la vida misma. Su disciplina ha sido una parte esencial en su capacidad para adentrarse en las profundidades de la existencia. Tal como lo sostienen todas las culturas espirituales, sin disciplina no hay claridad mental. Marina funda el Instituto Marina Abramovic para promover sus métodos, su propia forma de descubrir el ser creativo.

En uno de sus últimos retiros espirituales, esta vez, con chamanes del Amazonas, se le reveló que ella venía de una galaxia muy distante y que estaba en esta Tierra para ayudar a los humanos a trascender el sufrimiento. Finalmente, la vida en la Tierra es una performance y para Marina la trascendencia final es transferir sus profundos conocimientos del presente al resto de la humanidad.